A día de hoy, Ecuador se encuentra atravesando uno de los momentos más críticos de su historia en materia de seguridad. La violencia criminal ha escalado rápidamente al punto de llevar al país a formar parte de las estadísticas del top de los países más violentos del mundo, por ello, es comprensible el temor que envuelve a diario a los ciudadanos. Por ejemplo en ciudades como Guayaquil, que es una de las que tiene los índices delictivos con cifras más alarmantes, el impacto psicológico de esta crisis se ha convertido en un problema silencioso pero devastador para muchas personas: el estrés crónico.
Imaginemos el día típico de un guayaquileño común:
Se levanta temprano, revisa las noticias en redes con la esperanza de no encontrar más casos de sicariato, extorsión o robo cerca de su barrio. Al salir de casa, mira hacia ambos lados antes de abrir la puerta, asegurándose de que no haya nadie sospechoso cerca. En el transporte público, evita sacar el celular por miedo a ser asaltado. Su jornada laboral se vive entre preocupaciones, y al volver a casa al final del día, solo desea que la noche transcurra sin sobresaltos.
Esta rutina, lejos de ser una excepción, se ha convertido en algo común para mucha gente en nuestro país; y las consecuencias no se limitan a lo social o económico, la salud mental se ha visto duramente afectada. Según estudios recientes en el país, han aumentado los casos de insomnio, ansiedad, hipertensión y enfermedades cardiovasculares provocadas por el estrés prolongado. Es un problema multidimensional, que requiere atención urgente desde distintas perspectivas.
Es por eso que consideramos que vale la pena buscar alternativas para lidiar con el estrés sin que este nos afecte mayormente. Revisemos algunas opciones a continuación.
Estrategias para combatir el estrés en entornos de alta tensión
Ante esta realidad, es vital que los ciudadanos cuenten con herramientas que les ayuden a manejar la ansiedad y el estrés. Aquí te comparto cuatro enfoques distintos que pueden ser útiles:
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Mindfulness y respiración consciente La práctica de la atención plena puede parecer simple, pero tiene efectos poderosos. Dedicar cinco o diez minutos al día para respirar profundo, enfocarse en el presente y observar sin juzgar puede reducir significativamente los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
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Actividad física regular Caminar, hacer yoga o entrenar en casa no solo mejora la salud física, también ayuda al cerebro a liberar endorfinas, las llamadas “hormonas de la felicidad”. Incluso en ambientes inseguros, se puede adaptar la rutina en espacios interiores o seguros.
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Suplementos naturales como la Ashwagandha Esta planta adaptógena ha ganado popularidad por sus propiedades para regular el sistema nervioso. La ashwagandha tomada regularmente, puede ayudar a disminuir la ansiedad, mejorar el sueño y restaurar el equilibrio emocional. Es importante consultar con un especialista antes de comenzar su consumo para asegurar dosis adecuadas y seguridad.
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Apoyo terapéutico o emocional Hablar con un psicólogo, asistir a grupos de apoyo o simplemente abrirse con familiares o amigos puede aliviar la carga emocional. Reconocer que el estrés acumulado requiere atención profesional es un paso valiente y necesario.
En tiempos y circunstancias en donde el entorno no puede cambiar de inmediato, cuidar nuestro mundo interno así como nuestra salud, se vuelven esenciales. Aunque la inseguridad en Ecuador es una preocupación real, fortalecernos mental y emocionalmente nos permite resistir y adaptarnos con mayor resiliencia