Petitorio ciudadano al nuevo alcalde de Guayaquil
Extendemos nuestra felicitación y agradecimiento al nuevo alcalde de la ciudad el señor Aquiles Álvarez, el cual ha logrado lo que parecía imposible, que es el haber podido “retirar” a quienes luego de más de 30 años de estar a cargo de nuestra ciudad, se van llevando sobre sus hombros muchas más deudas morales que agradecimientos de parte de la ciudadanía, pues más allá de las obras que en efecto si realizó el alcalde anterior en temas de urbanística y vías públicas, (obras de cemento, hierro y adoquín), queda la enorme deuda por las obras imprescindibles que no hicieron y peor aún por todas las veces que se hicieron ofrecimientos y sí se gastó muchísimo dinero, pero no se solucionó nada de lo que se suponía debía solucionarse con esas inversiones. Queda también la deuda moral por todo el maltrato que la clase comerciante minorista e informal de la ciudad (la cual conforma más del 20% de la población guayaquileña) recibió por más de 30 años durante estas dos últimas administraciones. Así que en primer lugar, gracias señor Aquiles Álvarez, por haber logrado derrotar a este “partido político” que tanto daño le ha hecho a todos, pero sobre todo a las clases más sencillas y de escasos recursos de nuestra ciudad. Luego de esto procedo a extender, con el mayor respeto y la sencillez característica de los guayaquileños de la clase trabajadora, esta lista de petitorios recopilados durante nuestros habituales recorridos por diversos sectores de la ciudad, en los cuales por una u otra razón nos detenemos a conversar con nuestros conciudadanos, para, en este caso transmitirle a usted la siguiente lista de peticiones en temas que requieren ser atendidos para solventar muy diversos problemas que afectan a la ciudadanía guayaquileña. El transporte público La Metrovía ¿Qué es lo correcto a hacer con esta? Aunque en efecto es de alta prioridad el solventar la calidad del servicio de transporte público que ofrece la Fundación Metrovía, en realidad consideramos necesario que se haga una evaluación para que esta sea reestructurada con el objetivo de que, por un lado, finalmente un día sí llegue a cumplir la oferta por la cual el señor alcalde que la implementó dijo que se lo haría y sería bueno para la ciudadanía, lo cual fue básicamente el hecho de que se suponía que iba a darnos un transporte público lo más rápido posible desde el sur hacia el norte y desde el norte hacia el sur de la ciudad; Pero cualquiera de nosotros los guayaquileños que hayamos tenido la oportunidad de utilizar servicios que existieron antes de la Metrovía, como por ejemplo las líneas 66, 57, 42, 51, etc. Sabemos perfectamente que eso nunca sucedió. Por ejemplo en el caso de una línea 51, esta nos permitía llegar desde el sector Av. Quito y Ayacucho hasta el sector sauces 7 en menos de 25 minutos, Pero, en cambio, para recorrer todo ese tramo en la Metrovía, solamente para llegar a la troncal en la calle Pedro Moncayo, esperar a que llegue la unidad, luego tener que bajar de esta hasta e ir a esperar que llegue la unidad de transbordo en la terminal que sale hasta Sauces 7, solamente en eso ya se ha perdido casi 20 minutos, además de todo el tiempo que se demora la Metrovía en llegar desde la calle Ayacucho hasta la terminal Norte (aproximadamente de 15 a 20 minutos más), y finalmente el tiempo que toma la unidad de transbordo desde la terminal hasta Sauces 7, con lo cual con ese ejemplo que es uno solo de entre varios que podríamos citar, queda claramente demostrado que la oferta hecha por ese alcalde para justificar el porqué de implementar a la mayor cantidad de líneas de ruta posibles de la Metrovía, en realidad nunca se cumplió, fue una mentira, tal vez involuntaria por un muy mal error de cálculo o mal asesoramiento al municipio, pero el tema es que nunca se cumplió, creando así una severa afectación al tiempo Y LA SALUD de la clase productiva de a pie, además de al flujo del tránsito general de la ciudad, pues mientras más calles fue tomando este negocio privado llamado Metrovia, el tráfico de Guayaquil se fue agravando sistemáticamente año tras año. Sin embargo de eso, dado que con el tiempo en vez de mantener la inversión en incrementar el número de unidades para que en efecto no tuviéramos que esperar tanto a movilizarnos de un punto a otro, más bien lo que sucedió fue que se empezaron a habilitar más líneas de transporte para tratar de cubrir otras rutas estratégicas por su alto volumen de usuarios movilizándose para esos diversos puntos de la ciudad, debido a esto, lo que terminó sucediendo en vez de facilitarnos el poder movilizarnos rápidamente de un punto de la ciudad a otro, fue más bien el hecho de que al irse aumentando más y más líneas de ruta de la Metrovía, se fueron inhabilitando más y más calles que eran estratégicas para el flujo de tráfico general y sobre todo particular de nuestra ciudad, provocando que con el paso de los años el problema de los embotellamientos y el exceso de densidad en las calles en donde se nos permite movilizarnos a quienes utilizamos transporte privado, se agrave cada vez más, tal como lo explique en el párrafo anterior. La Metrovía, en vez de incrementar el número de unidades para los 2 únicas rutas que debieron haber quedado, para que el servicio de transporte sea realmente rápido en base a que ni siquiera tengamos que esperar para subirnos y movilizarnos de un punto de la ciudad a otro, más bien ha pretendido darle rapidez apoderándose de calles y avenidas que eran estratégicas para todos al ayudar a un flujo rápido y armónico del transporte público y privado de nuestra ciudad, como lo eran las calles Boyacá, Pedro Moncayo, Pedro Carbo, etc. Por ende y al ser así, pedimos a usted, señor alcalde, evalúe y
ver más